Bergamo, la perla desconocida del norte de Italia

    

No tanta gente conoce la existencia de Bergamo; para muchos solo es “ah, sí, Milán Bergamo, a donde se viaja con Ryanair”… Dejadme que os diga que Bergamo es mucho más que una ruta de Ryanair.

Allí viven 120.000 personas, a 40km de Milán si conduces por la congestionada autopista A3 Milano Venezia; a 50km de Brescia y el lago Garda; a 38km de Lecco (donde empieza la zona del Lago de Como) y a 200km de la hermosa ciudad de Venecia. Bien conectada con el aeropuerto Bergamo Orio al Serio y con un bonito pueblo medieval en lo alto de una colina, rodeado por muros de defensa construidos por los venecianos en el pasado, con el fin de preservar la ciudad de los ataques de los enemigos (En 1428 Bergamo estaba bajo el control de la República de Venecia). Bergamo también es conocida como la Citta’ dei Mille (la ciudad de los miles, por su contribución al Risorgimento, que nació durante la unificación de Italia en 1861).

Una de las partes más visitadas de la ciudad es la Piazza Vecchia, la vieja plaza del casco antiguo, llamada Citta’ Alta (ciudad alta). Esta plaza está siempre repleta de turistas de todo el mundo y de turistas locales, especialmente de estudiantes de la Universidad de Bergamo que está situada en la pare antigua de la ciudad. Patisserie, tiendas delicatessen, restaurantes, bares, museos, iglesias, tiendas de ropa: en la Citta’ Alta se respira mucha historia y diversión.

Bergamo es una ciudad muy fashion, está muy influenciada por la flamante vecina de al lado, Milán, los jóvenes están obsesionados con la imagen y las marcas, todos quieren lucir bien y proclamar su presencia siempre que entran al bar de última moda. Los Bergamaschi aprovechan cualquier ocasión: el almuerzo, el aperitivo, la cena, las copas. ¡Nunca hay una buena excusa para no disfrutar de lo que la ciudad ofrece!

Si te apetece un poco de terapia consumista, la Via XX Settembre es lo que estás buscando, la zona de compras de Bergamo bassa (la parte más baja y más nueva de Bergamo). Allí puedes tomar un  desayuno como Dios manda en Balzer cafe, una institución de la ciudad; puedes coger un funicular/teleférico para ir a la zona alta de Citta’ Alta o puedes subir por la larga escalinata que te lleva al casco antiguo, repleta de turistas y estudiantes…y ¿Qué hay sobre la comida local? Allí puedes encontrar diversas delicias locales en trattorias y restaurantes. Desde mi punto de vista no puede faltar un Casoncelli alla bergamasca (ravioli al estilo Bergamasco, rellenos de carne, piñones, hierbas, amaretti y Dios sabe qué más) ni un coniglio con polenta taragna (conejo con polenta de queso). Después de unos días en Bergamo es posible que vuelvas con unos quilitos demás pero si la visitas no podrás evitar vivir la experiencia gastronómica que la ciudad ofrece.

Bergamo siempre ha sido una ciudad rica gracias a las numerosas empresas que solían servir a la ciudad y a la gran provincia de Bergamo. Hay algo particularmente especial en la ciudad en sí misma… La gente es agradable, siempre dispuesta a reír y a compratir, el sol brilla de verdad. Es posible que necesites un Motorino para descubrir este bonito lugar.